sábado, 22 de marzo de 2014

EL MAR LA MAR EL MAR.


                            Alcatráz europeo

        Cuando ya hace un tiempo que por diversos motivos te encuentras en una situación de angustia, cuando los fines de semana pasan sin ver el verde de los campos o el azul del mar, es en estos momentos cuando echas de menos la mayor de las creaciones que es nuestro propio planeta azul y al salir a su encuentro la adrenalina te consume de impaciencia.

                      Págalo grande

        En esta situación me encontraba hasta que el fin de semana pasado embarcamos en el Hegaluze con los compañeros de Ambar, y si es cierto que la fortuna no nos sonrió y no pudimos ver ni un sólo cetáceo o mamífero marino, el trayecto a mi juicio fue  muy positivo, especialmente el primer día en el mar

                           
        El sábado amaneció gris plomizo  con algo de viento que nos acompañó durante toda la travesía, el agua se movía iba y venía , subía o bajaba por efecto del viento, balanceando nuestro catamarán  a su antojo. Las tripas de muchos no aguantaron sus embestidas, las mías bien protegidas con dos pastillas de que me ofreció una compañera ,gracias, me posibilitaron un perfecto equilibrio sin sobresaltos ni mareos


       Durante este primer día la niebla no permitía una visión lejana, no divisamos un soplo,  los hermosísimos alcatraces nos acompañaron , acercándose continuamente para sobrevolar nuestra posición. Que hermosa es esta ave marina, con ese amarillo-naranja intenso sobre blanco y que picados tan espectaculares , primeros planos de naturaleza a nuestros pies y nada simplemente dejando el puerto atrás.



       De uno en uno de dos en dos o en grupos volando juntos o descansando en balsas, alguno con mancha de petróleo incluida , los contemplamos a placer y junto a ellos algunas gaviotas ,sombrías y patiamarillas, reidoras y cabecinegras, tan blanquitas!  Un poco más adelante una pardela pichoneta en migración, además de las persecuciones de los págalos grandes.

                      Pardela pichoneta

      Ya cerca de llegar a puerto nos acercamos hasta la mole de piedra que cae vertical al mar, el cabo de Ogoño con sus patas un lugar idóneo donde anidar y allí casi a sus pies unos negrones especulados que pude justo alcanzar a ver de escapada

                       Negrón especulado

      El domingo otra escapada marinera, otro viaje con sorpresa en tierra que contaré en una próxima entrada...
   



2 comentarios:

  1. Que precioso, Javi! Conforme lia suas narração de tão românticas palavras, admirava as belas imagens destas aves belíssimas! Delícia de entrada...

    Beijo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Teca, me encanta que te guste la narración!!
    Besos
    Javi

    ResponderEliminar