Cuando ya hace un tiempo que por diversos motivos te
encuentras en una situación de angustia, cuando los fines de semana pasan sin
ver el verde de los campos o el azul del mar, es en estos momentos cuando echas
de menos la mayor de las creaciones que es nuestro propio planeta azul y al
salir a su encuentro la adrenalina te consume de impaciencia.
Págalo grande
En esta
situación me encontraba hasta que el fin de semana pasado embarcamos en el
Hegaluze con los compañeros de Ambar, y si es cierto que la fortuna no nos
sonrió y no pudimos ver ni un sólo cetáceo o mamífero marino, el trayecto a mi
juicio fue muy positivo, especialmente
el primer día en el mar
El sábado
amaneció gris plomizo con algo de viento
que nos acompañó durante toda la travesía, el agua se movía iba y venía , subía
o bajaba por efecto del viento, balanceando nuestro catamarán a su antojo. Las tripas de muchos no
aguantaron sus embestidas, las mías bien protegidas con dos pastillas de que me
ofreció una compañera ,gracias, me posibilitaron un perfecto equilibrio sin sobresaltos
ni mareos
Durante este
primer día la niebla no permitía una visión lejana, no divisamos un soplo, los hermosísimos alcatraces nos acompañaron ,
acercándose continuamente para sobrevolar nuestra posición. Que hermosa es esta
ave marina, con ese amarillo-naranja intenso sobre blanco y que picados tan
espectaculares , primeros planos de naturaleza a nuestros pies y nada simplemente
dejando el puerto atrás.
De uno en uno
de dos en dos o en grupos volando juntos o descansando en balsas, alguno con
mancha de petróleo incluida , los contemplamos a placer y junto a ellos algunas
gaviotas ,sombrías y patiamarillas, reidoras y cabecinegras, tan blanquitas! Un poco más adelante una pardela pichoneta en
migración, además de las persecuciones de los págalos grandes.
Ya cerca de
llegar a puerto nos acercamos hasta la mole de piedra que cae vertical al mar,
el cabo de Ogoño con sus patas un lugar idóneo donde anidar y allí casi a sus
pies unos negrones especulados que pude justo alcanzar a ver de escapada
El domingo otra
escapada marinera, otro viaje con sorpresa en tierra que contaré en una próxima
entrada...
Que precioso, Javi! Conforme lia suas narração de tão românticas palavras, admirava as belas imagens destas aves belíssimas! Delícia de entrada...
ResponderEliminarBeijo.
Gracias Teca, me encanta que te guste la narración!!
ResponderEliminarBesos
Javi