Suele
ocurrir a veces, que nuestra valoración de lo cercano se minimiza o no le damos
la importancia que merece. Cuantas veces es alguien lejano el que pone en valor
lo que nosotros no apreciamos
Se dio el caso una vez al sur de Navarra que
al bajar del coche al borde de un camino, casi piso una pequeña flor roja y no
fue hasta que me puse a su altura unos escasos centímetros, cuando me di cuenta
de su hermosura.
Ojo se
sangre rojo, adonis anua, se llama esta diminuta flor, roja como un ojo de ave
o un campo de atletismo. Una cicatriz roja y molesta que no pasa desapercibida
a los que creemos que aún siendo un
pequeño rincón que a duras penas ha sobrevivido con una sombra de duda
permanente, Plaiaundi bien merece la pena
Nuestro
pequeño grano de arena va sumando cada vez que exponemos o contamos una jornada
de campeo o subimos unas fotos a un blog o contamos a un amigo o conocido un
nuevo avistamiento, especialmente en este nuestro pequeño rincón del Bidasoa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario